Tal vez queda mal que yo lo diga, pero ¿y por qué no? 🙂

¡Qué bien han quedado mis tarjetas personales! Como dice el dicho: en casa de herrero cuchillo de palo, y es que he tardado más de 1 año en ponerme con el diseño y llevarlas a imprenta. Y que importante es trabajar con personas que ante todo, pongan la calidad por delante de todo.

Seguramente muchos me digan que esto de las tarjetas personales ya no se estila teniendo el mail, o esa tecnología que de móvil a móvil te guarda en su agenda de contactos, porque existe ¿verdad?, no lo he soñado… Pero mira, llamadme clásica. No concibo ir a una visita y no poder entregar algún material físico que se pueda tocar, ver y leer. Que sí, que las nuevas tecnologías son fantásticas y maravillosas, no lo niego, pero no nos olvidemos de ser detallistas o sorprender a los demás. Sinceramente, los mails me parecen la cosa más impersonal del mundo por mucho emoticono que incluya o con una firma a pie del mail bien diseñada. Pero oye, para gustos colores…

Ahora solo tengo ganas de salir a la calle y ponerme a repartir tarjetas como una loca 😀